Lo
conocí en una galería de arte de la calle Florida ya desaparecida, con un vaso
de whisky en la mano y hablando en voz alta. Ni sabía que se trataba de un
poeta mayúsculo. Me llamó la atención su cabellera revuelta y cierta
extravagancia en el vestir. Volví a verlo una semana después, en otro reducto,
pero esta vez ya hablando sobre poesía. Así conocí a Edgar Bayley.
Dice Rodolfo
Alonso acerca de su persona: “Enemigo decidido de todo pavoneo y toda
bajeza, Bayley fue capaz de sostener sus ideas y sus sentimientos en el
ejercicio de la creación poética y de la reflexión estética, a las cuales
dedicó la totalidad de su existencia. Supo también mantener siempre en la
práctica las convicciones éticas que lo acompañaron desde su juventud, como una
innata reserva moral, poco evidente para quienes se conformaran apenas con su
apariencia, tantas veces estrambótica cuando no estrafalaria, por su enorme
tamaño, su permanente sentido del humor y su gentileza de niño grande.”
Poeta,
dramaturgo, ensayista, el creador del "invencionismo" y del doctor Pi fue uno de los escritores
argentinos más originales del período 1945-1970.
Rodolfo
Alonso nos ilustra: “Llegó a crear un personaje, el Dr. Pi, criatura
digna del más elevado humor negro, cuyas aventuras, donosamente escritas antes
incluso de ser recopiladas en volúmenes deliciosos (por ejemplo, Vida y memoria del Dr. Pi y otras
historias ,1983), el autor se
complacía en revivir verbalmente, no sin pícaro regocijo y por lo general entre
sus jóvenes amigos y colegas, de los cuales gustó rodearse en tiempos tan
dolorosos y oscuros para el país como fueron los de la dictadura del Proceso.”
EL BRAZO
Entrega tu sueño
al pájaro del alba.
Tú ya no puedes penetrar el
aire.
Vuelve
con los brazos abiertos,
en silencio.
No despiertes al mar.
Entrega tus tambores.
No te expliques nada,
deja al cielo la noche.
Ya es hora.
Cada recuerdo queda
con su guerrero propio.
No te expliques nada,
no pidas el rescate
ni la palabra justa.
El nido abre su piel
para alojar tu voz.
La rosa del viento
aclara tu alfabeto.
Los coros descienden
a la luz de otra luna.
Yo entrego mi temor
y la esperanza.
Toda noche vuelve
al borde del espejo.
Vuélvete,
deja tu nombre
y tu defensa.
En el claro del viento
otra palabra te sorprende.
Los árboles giran
quince años atrás.
La espesura del alba
ha cambiado los tiempos.
Abandona más todavía;
espanto,
trinos,
el agua de siete colores,
tu mano sumergida,
aquella rosa,
estos labios
y el sombrero
de los cuatro puntos
cardinales.
Deja fluir tu brazo
sobre el mundo.
Nada más que tu brazo.
(de Buenos Aires, poesía,
Buenos Aires, 1954)
OFICIO DE VIENTO Y SOMBRA
frente a las pruebas de la
noche
coraje de prolongar con tu
voz
el silencio opulento
por aquí he marchado
al alba
retenido
pasajero
entre el viento y la sombra
entre las ramas
no relegar a un mundo aparte
las donaciones del viaje
me tiendo a su costado
conozco el fluir de este
camino
esta mezcla de mí mismo
de mis manos
esta ignorancia
coraje otra vez para ser
al mismo tiempo
la piedra y el horizonte
y descubrir entre los
anuncios del desprecio
los indicios del sol
de un camino abierto
reconquista del mar y la
intemperie
(de La vigilia y el viaje -
Poemas 1944-1960, Buenos Aires, La Razón Ardiente, 1961)
MARTES DE CARNAVAL
a Jorge Souza
a Paco Urondo
lejos de helena de troya
del hotel notre dame
de hans de islandia
y del mar de hojas desiguales
y motores ahogados
lejos del sombrero olvidado
en la última estación
lejos de las madrugadas y los
días siguientes
de las cruces y el pálido
fuego
circuido por vagabundos
lejos de la sonrisa del bien
perdido
de la bahía y la noche
rectangular
lejos del sol piel del amor
de la eugenia posible
de la madurez esquina posible
del mundo
lejos del ascenso de la
incisión más bien
de la ternura a la raíz del
sur
lejos del punto de vista y
los párpados lentos
de algunas islas detenidas
para siempre
en el corazón y en las manos
lejos de algunas calles
de algunos dolores y
compromisos
de escenas a la luz de las
estrellas
y de conversaciones entre
caballeros
lejos del rostro
lejos del trapecista
internacional
lejos de la cascada
por donde corre tu vida
lejos de los nombres
de los días sumergidos en la
amistad y el amor
lejos de las líneas
telefónicas
de los precios módicos y los
sueldos mensuales
lejos de las organizaciones
y de las plazas a la hora del
amor
lejos del insulto
del olvido y las
intemperancias
de algunas trompadas y
grescas
de algunos incidentes
policiales
lejos de la pálida existencia
de la oscura o la brillante
lejos de la caída o el
ascenso
de algunas noches en blanco
de algunas pasiones en
procura de lo absoluto
de canales por donde iban tus
días sin saberlo
hoy recorres las calles de tu
ciudad
es un martes de carnaval
quisieras ver otra vez
algunos rostros
hace unos años pasaste la
treintena
y procuras dominar unas pocas
palabras
desconoces el nombre del
porvenir
y el horario de los trenes
tengo hijos y amigos
voy al encuentro del día
siguiente
las máscaras me rodean
bebo en un viejo vaso
entro en la caravana
oh mis lecturas mis
embarcaderos
abro las puertas de par en
par
(de Obra poética, Buenos
Aires, Corregidor, 1976)
ABRIR LA PUERTA
me pregunto
y es una pregunta inmoral
si servirá de algo abrir esa
puerta
que da al patio
a la tierra
al viento del mundo
a los pasos de la gente
me pregunto
si servirá de algo escribir
a estas horas de la noche
en el silencio de mi
habitación
con la puerta cerrada
sería tan sencillo
me digo
abrir por fin la puerta
y asomarme y mirar
dejando que me lleven
los pasos y la sombras del
camino
me pregunto si servirá de algo
explicar
por qué no explico
cuando tanta palabra y
confidencia
intentaron traducirme
y ponerme al descubierto
si servirá de algo abrir la
puerta
me pregunto
y andar por el patio
por el mundo entre la gente
abrir de par en par la puerta
para que todo pueda cumplirse
como la hoja de un cuchillo
al extremo de un puente
como la red y el roble que
salvan la alegría al final del espectáculo
como el canto de las aguas y
el susurro de la siesta
como la playa en sombras y el
lecho infinito de los amantes reencontrados
para que todo pueda cumplirse
la luz la noche la inocencia
el nombre que pasa entre las
ramas
la puerta se abrirá
enteramente
se abrirá por fin la puerta
por si alguno
quiere volver a entrar o
salir
o curiosear entre mis cosas
o esperarme mientras vuelvo
y si tardo y no regreso
salir al viento
y olvidarme
(de El día, 1968. Luis Soler
Cañás, Generación poética del 40, Buenos Aires, ECA, 1981)
LOS DESIERTOS REALES
los desiertos reales
los mares imaginarios:
no hay palabras para elogiar
a esta magnolia
tampoco hay forma de destruir
las palabras
ni el oficio de florista
(guarden compostura:
en la soga de colgar se agita
la flor blanca)
una tez de flores de cerezo
la última gota de sangre
los desiertos reales
los mares imaginarios
no pueden compararse a esta
magnolia
(de Nuevos poemas 1977-1981,
Antología personal, Buenos Aires, CEAL, 1983)
TODO EL VIENTO DEL MUNDO
No he de volver al aire.
Caminos. Caminos del libre odio, sombras, torpezas que rescatas en la espiral.
Serpiente del lanzamiento. Odio, razón de vida, vino del sueño del sueño
vidente, cosecha entre las rocas. No he de volver al aire. Condena, sospechas,
abolición del hermano, cuerpo renegado de un pan sin justicia, cielo negro,
tronco hostil, heridas del alba, floración lenta del rechazo.
No he de volver a la playa
secreta ni cosecharé en la noche los frutos ocultos. Caminos del delirio mudo.
Separación. Golpes en la muralla. Ilusión taciturna de la palabra-calle de la
furia. Allí mismo, flor de la guerra, destrucción del valle, lógica del poder.
Tierra de nadie, aridez del rechazo propio. Rechazo de los otros, sangre del
desamor. Dominio del cuidado. Estrategia del desprecio. Libre serpiente,
sembradora de la renuncia y la negación.
Nadie se consuela, nadie se
compadece en las arenas del desprecio. Los días no colman ninguna ternura. Con
los ojos abiertos, con la memoria vacía, asistimos a la fiesta de la
destrucción. Ni ellos ni yo. No será parea nadie la patria verdadera. No serán
para nadie las linternas y la confianza. Reino de la traición, sin dudas ni
dioses. Juegos del odio, milagro de la crueldad.
Pero el viento prosigue, más
allá de la humillación y la alegría, cantando la transformación de los colores,
igualando el desprecio con la esperanza, el cuidado con la inocencia. El rechazo,
al quedar solo, se hace habitable. Se establece, habla sin declamación ni
cálculo.
Es mi propiedad en la arena.
Es una voz al borde de la destrucción. La negación que hace un hombre, todos,
más allá del cuidado. Va a nacer del asco un rostro.
Los ojos abiertos mirarán por
fin.
Alguien es finalmente para sí
mismo, para los otros. La catedral del desprecio abre sus ventanas. La libre
serpiente llama, descubre. No hay caídas ni impaciencias en esta luna fría. No
hay temor en las fronteras del bosque. El reflejo cede ante el agua de la
fuente.
Un nombre. Una lucidez
fraternal. Un nacimiento. El mundo llega a ser un tú. Canto. Luz en la piedra
fecundada. Nos reconocemos. Luminoso cielo oscuro. Sangre del desamor
enamorada. Rostro del hermano. Admisión del sí mismo en el rechazo. Lentamente
surge la compañía de los otros. Un camino. Nos volvemos viento. Todo el viento
del mundo.
(de Antología personal,
Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983)
Fuente: Zoopat
EN COMÚN (fragmentos)
II
volvemos por horas a tantos
silencios del mundo
nos despertamos para no
desnudar la memoria
ninguna soledad existe
ningún eco de los ojos
unidos sobre las manos los
nombres
para sostener lo mejor de
cada uno
tu evidencia prolonga la
tierra
tus labios halagan el
sobresalto
tu alegría tu tristeza
extreman la libertad de los refugios
tus puertas han desplegado
sus molinos vivientes
tus palabras guardan para
todos el hábito de las pupilas
esta noche acrece el curso
que que te rodea
IV
lento acero interrumpe el sueño
los ojos abiertos
los labios a que llegamos los
dos
un día cualquiera un vínculo
cualquiera
el humo empeñoso
el roble y su apoyo más allá
de los meses
un día cualquiera y el claro
entendimiento
las buenas nuevas de los
muros
en el ámbito del roble
en el rostro del alba
en el paso contraído de la
lluvia
en la cita secreta
en la cita pública
en el comienzo y ahora
ahora
en todas las fuentes del
reloj
en sus órdenes despiertas
en la hierba húmeda
y en la fría de la violencia
y el arrojo del azar
nuestra libertad futura hace
su nombre
y el curso de sus manos
IX
en tu misma confianza como un
astro
como tus sueños alrededor de
mis palabras
mis ojos no cambian
mi horizonte abre tus brazos
en los cinco días del cielo
tu confianza disuelve los
ponientes
es esta claridad la que
buscaba
esta rueda persuadida por el
aire
(de La generación poética del
40, Buenos Aires, Ediciones culturales argentinas, 1981)
Fuente: Ignoria
DE TODOS MODOS
ella se va sintiéndose
llamada
abre este sol su mano
extiende
rechazo amor
una quimera
su oficio es ser de todos
modos
aquí estará
su nombre sabe
nada la oculta
ni destello falaz
tormenta sol
ni la avenida
vuelve a ser furor helada
fauce
presagio estrella nacimiento
aplomo y ansiedad
dulzura imprecación testigo
aquí está
para ser de todos modos
ESTADO DE SITUACIÓN
(poema inédito)
Quieres sostener en pie los
pilares
de un barracón caduco.
Por el techo
y las paredes
entran el viento y el agua.
Se confunden el río y el mar
cercano.
Quieres mantener sobre las
olas
el muelle semihundido,
mientras el tumulto de la
corriente
arrastra flores,
troncos,
un mascarón de proa.
Todos se han ido,
estás solo
en una lucha insensata.
No tienes más que una débil
camisa,
un pantalón raído y una pala
en la mano,
entretanto el agua supera tu
cintura
y las olas grandes te voltean
y sacuden;
te vuelves a levantar
y esperas tontamente la
salida de la luna.
Nada queda del pueblo ya,
lo que plantaste se fue,
los amigos,
los compañeros no están;
se ahogaron los animales.
Las líneas que escribiste,
las promesas que hiciste
se ahogaron también
y,
sobre todo,
se ahogó el amor cruel,
refugiado en la copa del
árbol.
(de Intramuros, Número 8, octubre
1998, Buenos Aires; Argentina)
Fuente: Mundo Poesía
LOS HOMBRES Y LOS AÑOS
a uno y otro lado de la
muralla
los años quedan clausurados
en su primer regazo
en los ojos abiertos hasta el
amanecer
hablo de la sed y el sueño
líquido del hombre
de los deseos de la esperanza
el insomnio en el extremo del valle
del enjambre de la memoria y
nuestras mandíbulas fuertes
del temblor la ronca membrana
de los rieles
y el humo del poblado
hablo de los vidrios lentos a
la madrugada
de la parturienta amenazando
la medianoche
con sus gritos y sus cadenas
puras
hablo de los fusiles y la
sangre fluyente
herida
descompuesta
de las horas por llegar
de los frutos de la ternura
de los ojos digitales
mezclados a la multitud en
las manifestaciones
hablo del amor adolescente
y de las ventanas del alba
de los expedicionarios
perdidos
inmóviles en espera de la
claridad
hablo de los niños y la
demencia lindando la poesía
de la mentira la humillación
las torturas renovadas
hablo de cosas simples
en las manos extendidas
gratuitas
es necesario inventar el
mundo
iluminar los ojos
ver la extensión abierta a
nuestro impulso
una rama en la luz
acunada por las voces de los
héroes anónimos
castigada por el peso muerto
de los consuelos
la alegría de las
conversaciones ingeniosas
el contagio de los sentidos
el buen apetito la sed de
buena ley
el olvido y la palabra
absorbidos en la fronda
la siesta a ras del suelo
el debate moroso de los
reptiles
el plácido quejido del
pajonal
el polvo del camino ahogando
las viñas
el apremio de las
multiplicaciones
el vacío irremediable
del signo viejo y nuevo
(de En común (1944-1949),
Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999).
ÚNICOS
la única mujer que me ha
querido
el único hombre que ella ha
querido
la única mujer que yo he
querido
el único hombre que la ha
querido
y el tiempo
el paso
y una serena piel
la u
laud
au
por siempre
(de Poemas inéditos, Obras, Grijalbo
Mondadori, Buenos Aires, 1999)
DE LA POESÍA
El poeta Madariaga había
adquirido un haras. Con caballos de raza. Caballos de mucha alzada, petisos, y
caballitos muy pequeños obtenidos a través de sutiles entrecruzamientos y
técnicas refinadísimas. Su intención no era preparar caballos de carrera,
aunque los tenía velocísimos y muy codiciados por varios studs. Su propósito
aparente era obtener nuevas especies de caballos. Caballos que en realidad no
iban a parecer caballos.
Tenía padrillos de diversas
razas: enormes, silenciosos, de impresionante apostura y yeguas ardientes,
huidizas y buscadoras a la vez. Tenía peones y técnicos avezados y tenía
también un proyecto muy audaz que mantenía en absoluta reserva. Sí, había mucha
actividad en ese haras (“Don Eusebio” se llamaba).
Al término de la jornada, y
tras la cena, se producían discusiones, a veces enconadas, entre los biólogos,
los zoólogos y Madariaga.
-A ustedes les falta
imaginación -solía decir Madariaga-, formación literaria, les falta saber mitológico.
-Puede ser -le respondían-,
pero sabemos lo que no puede hacerse.
-No es sólo eso; ustedes no
creen que sea posible ahora lo que alguna vez fue posible -insistía Madariaga.
-Hay un límite para los
cruzamientos y las hibridaciones, y, en todo caso, no están dadas las
condiciones para que aparezca un nuevo animal sobre la tierra. Además nada
sabemos sobre la clase de animal que usted pretende conseguir -le respondían.
Al llevar a este punto de la
conversación, Madariaga callaba prudentemente.
El doctor Pi, que solía
asistir a esas reuniones, poco a nada decía, pero lo intrigaban los planes de
Madariaga. Cierta noche en que Pi permanecía, como de costumbre, ajeno a la
conversación de Madariaga con los sabios y se dedicaba a observar los distintos
objetos que decoraban el amplio salón comedor, se sintió atraído por una
porcelana.
-Una porcelana valiosa, no
hay duda -se dijo.
Pero ¿por qué le había
interesado tanto? Se acercó a la porcelana, la tomó entre sus manos; era una
hermosa pieza. Sin embargo, algo le decía que ese objeto lo atraía por algo más
que por su valor artístico. La porcelana tenía la forma de un centauro. Quizá
fuese Quirón, el prudente.
-Una pieza de valor, ¿verdad,
Madariaga?
Este se limitó a asentir y
prosiguió conversando con los sabios.
-Hasta estamos obteniendo
caballos que cada vez se parecen menos a caballos: las cabezas, especialmente,
son cada vez más diferentes de las cabezas de los caballos comunes.
-¿Qué se propone usted?
-preguntó el profesor Héctor Maldonado.
-Todavía es prematuro
decirlo. Prosigan sus experiencias en esa dirección y luego hablaremos.
Fue entonces cuando tomó la
palabra el profesor von Krausen.
-Hemos de acompañarlo -dijo-,
hasta un cierto punto de su investigación, experimento o como quiera llamarlo.
Le daremos un plazo (un mes, digamos), si al cabo de ese lapso usted no nos
confiesa cuál es el fin que persigue con todo esto, le anunciamos desde ya que
no tendremos más remedio que abandonarlo.
-Sería una lástima, una gran
lástima, me vería obligado a recurrir a servicios menos eficientes y eso lo
echaría todo a perder.
El doctor Maldonado, más
conciliador, se acercó a Madariaga.
-Comprenda -dijo- que no es
posible que trabajemos a oscuras. Debe darnos alguna pista para descifrar este
enigma.
-Bien -contestó Madariaga-,
les daré esa pista que me piden: la solución de ese enigma, como usted lo
llama, está en esta misma habitación.
Los científicos se miraron
asombrados. Sólo el doctor Pi encontró en esas palabras la confirmación de una
ligera sospecha, que había surgido al observar la porcelana. Ahora veía claro:
el poeta Madariaga se proponía volver a la vida al centauro Quirón.
Nada dijo Pi al respecto.
Tampoco comentó nada sobre el particular con los científicos. Otras
ocupaciones, obligaciones o vocaciones lo absorbieron. Nunca supo cómo habían
terminado esos experimentos. Pi tiene una curiosidad intensa, pero muy
diversificada, por eso no podemos saber hoy si el centauro es sólo una
porcelana junto a un tapiz o ha vuelto a vivir, y aconseja y orienta. Quizá Madariaga
pueda decirlo.
(de Vida y memoria del
doctor Pi, Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999)
Fuente: Otra iglesia es
imposible
NI RAZÓN NI PALABRA
cada noche los sueños inmolan
tu pena y tu culpa
de frente al olvido
a la pregunta y la canción
inexcusable
es necesario empaparse herirse hundirse
buscar el estallido hasta
decir: perdón no soy el mismo
pero el fuego desgrana tus
razones de tierra
debes perder la luz plena
los motivos de la victoria
agrio pesado cruel
la ciudad te vuelca te vacía
corazón vacío
miseria burbujeante
no es preciso razón ni
palabra
para este airado hogar
que nadie después sume su
nieve o su festejo
despierto queda allí en su
momento
en cambio y permanencia
en nube recia
en la libre mano
y el cabalgar del sueño
CUANDO EL AIRE
cuando el aire se puebla
estoy presente
canta la puerta el fuego la
esperanza
conoces tu nombre y la sangre
de su sueño
la tierra donde amanece el
día
cuando la luz llega canta mi
silencio
es suficiente el lejano
retumbar del trueno
la verde falda de la montaña
y este momento ayer mañana
es suficiente
confiar esperar
estar despierto
(de Obras 1919-1990, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999)
Fuente: Alcanza para todos
LA VIOLENCIA
I
la violencia al sofocar el
día
al arrojarte fuera del camino
te hace crecer por dentro un
cliente helado
violencia reina de una
madrugada oscura
olvido entre palabras
calcinadas
estoy aquí debo comprender
decir correctamente organizar
no ceder posiciones al
tumulto
debo salir cruzar no
detenerme
compartir otra vez una
alegría
venida del más alto corazón
entre los hombres
debo seguir cavar un nuevo
surco
buscar buscar la voz del otro
escuchar extender
la morada y el aire
II
entretanto el horror
la confusión el miedo y la
codicia
extendidos de costa a costa
socavan el ademán más puro
de la tierra al cielo
no sé nada
sólo veo las vías de la
violencia
la fe el odio sordo del
rechazo
y alguna esperanza no bien
fundamentada
pero llegará un día en que
las grandes floraciones del sueño
el amor resurrecto la
cabellera distante del ave multicolor
el pífano del dios enmarañado
y próximo
den otro rumbo a nuestra
andanza
un día un día no contaminado
y el entretanto cae gota a
gota
en la pulida oscuridad
(de Celebraciones 1968-1976)
UNA VOZ SOLAMENTE
Este juego tuyo
esta ventana
Puedes mirar más lejos
conversar
Otros miran por ti
aprenden
conversan con los dioses
He aprendido
he vivido
hago mi propio juego
es todo lo tengo
Humilde es el camino
del corazón del hombre
te es dado un solo juego
una voz solamente
He jugado
he mirado
es todo lo que tengo.
ALGUIEN SERÁ
es muy difícil decirlo
no es asunto de una playa
desierta
o del presente o del pasado
es cosa del viento
de la voz que pasa y viene
y del rocío y del acuerdo
y la pregunta
alguien es
alguien será
ES INFINITA ESTA RIQUEZA
ABANDONADA
Es infinita esta riqueza
abandonada
esta mano no es la mano ni la
piel de tu alegría
al fondo de las calles
encuentras siempre otro cielo
tras el cielo hay siempre
otra hierba playas distintas
nunca terminará es infinita
esta riqueza abandonada
nunca supongas que la espuma
del alba se ha extinguido
después del rostro hay otro
rostro
tras la marcha de tu amante
hay otra marcha
tras el canto un nuevo roce
se prolonga
y las madrugadas esconden
abecedarios inauditos islas remotas
siempre será así
algunas veces tu sueño cree
haberlo dicho todo
pero otro sueño se levanta y
no es el mismo
entonces tú vuelves a las
manos al corazón de todos
de cualquiera
no eres el mismo no son los
mismos
otros saben la palabra tu la
ignoras
otros saben olvidar los
hechos innecesarios
y levantan su pulgar han
olvidado
tú has de volver no importa tu
fracaso
nunca terminará es infinita
esta riqueza abandonada
y cada gesto cada forma de
amor o de reproche
entre las últimas risas el
dolor y los comienzos
encontrará el agrio viento y
las estrellas vencidas
una máscara de abedul
presagia la visión
has querido ver
en el fondo del día lo has
conseguido algunas veces
el río llega a los dioses
suben murmullos lejanos a la
claridad del sol
amenazas
resplandor en frío
no esperas nada
sino la ruta del sol y de la
pena
nunca terminará es infinita
esta riqueza abandonada
(de La vigilia y el viaje ,
1961)
Fuente: Otras criaturas
poéticas
LLEGO NADANDO
cuando alguien me escribe yo
le escribo
cuando alguien me piensa yo
lo pienso
cuando alguien me olvida yo
lo olvido
tengo mi corazón la mano la
araucaria
alianza y comunión
es mi destino
navego otra vez
este mar me lleva hacia mis
bodas
brillo y oscuridad
llego nadando
TODO LO VISTO Y VIVIDO
todo lo visto y vivido
cabe en muy pocas palabras:
en la luz de una mañana
en un trompo saltarín
en una tarde de sol
en una silla vacía
en cada piedra y la casa
todo lo visto y vivido
fulgura
se va ocultando
tras las hojas
y entre el viento
al borde de la bahía
todo lo visto y vivido
cabe en la sal
y en la mano
de quien saluda
y me lleva
al caracol y la araña
a la verdad de este día
a mi sendero y mudanza
CERTIDUMBRE
un ladrido es un problema de
garganta
de corazón más bien
es disonante en un coro de
callados
concuerda con el estruendo y
la violencia
¿para qué más? ¿qué otra
certidumbre?
gota a gota cae el sentido
de las voces y ladridos
las cuerdas vocales han
durado
en esta sonora certidumbre
Fuente: Artesanías literarias
CUANDO ELLA
Cuando ella abre los ojos las
horas despiertan
respiran como matas de hierba
al amanecer
como pájaros en la mañana del
día siguiente
cuando ella extiende sus
brazos la máscara cesa
el olvido cesa las orugas
reinician su marcha
cuando ella vuelve a nadar en
el agua dormida
la tierra entrega sus llaves
sus momentos propicios
su amapola su maíz
una lluvia de azufre una
bandera en llamas
cuando ella mira a lo lejos
se disuelven las sombras y el
nacimiento llega
MI AMADA ESTANQUE AZUL HUERTO
CABELLOS
fulgurante viva fluvial origen
buscada reencontrada
como un islote un puente una
manzana un tatuaje
en la noche hendida en la
marmita en la estrella marina
en la mano párpado llamado
reflejo de mi amada
en forma de estanque azul
de miel
de estornino
de gota de agua
de cabellos
regresamos una y otra vez al
centro del fuego
del dolor
del huerto
la distancia la desgarrada
higuera
y eternamente otra y
eternamente igual
en la corriente en el llanto
salitre otoño alba rota
soledad escondido silencio brisa furia
años sombra desventurado niño
simiente
paredes de olvido lluvia y
grito y casa
roja estancia andenes
te doblegas te curvas en tu
fiebre antigua en tu costado
los dos solos devorando toda
noche toda celda
súbito amanecer canal del
sueño
lengua que disuelvo en mi
silencio en mis dos puertos
tibio cuerpo llegada partida
del mar polo irremediable
sin memoria sin nombre
abierto al dios que nos
recrea
en cada espasmo de labios
azules de piedras azules
en la nuca en la espuma en el
purísimo rescoldo
desciendo al día primero a la
primera mañana al aviso inicial
por tus ojos por tu boca por
tu sexo penetro me despido
pierdo altura razón
vidamuerte te tomo me disuelvo
y otra vez te amo soy el día
cerca de tus hojas
un río una voz
(de Todo el viento del mundo,
Buenos Aires, Grijalbo, 1999)
Fuente: Poéticas
A SER OTRO
he venido a ser otro
a ser el mismo
a entrar salir estar
despierto
no quiero eternizarme en una
cara
en un traspié canal en un
cuidado
he venido a ser otro
a convertirme
en cal en hoy en calle
en mi enemigo
he venido a mezclarme
a estar parado
a darme a ser a no mirarme
a no decir ya está he
terminado
he venido a estar a
empobrecerme
a seguir con mi apuesta
entre los hombres
he venido a morir o no morir
enamorado
a partirme en cielotierra
entre dos pasos
habitando el desamor
y la alabanza
UN SENTIDO ILUMINADO Y CIERTO
digo amiga y digo lentamente
las formas del viento y la
madera
digo un momento un fuego
una bondad un río una fe
un nacimiento un aire
un sentido iluminado y cierto
digo amiga con palabras con
horas
con ojos con adioses
con claridad y sombras
y una estrella
y tan especial
tan solo
y verdadero
es este amor
y tan cumplido en sí mismo
tan abierto
y rico y generoso
que dejémoslo ya
sin tocarlo
mirándolo a distancia
o démosle la mano
y marchemos con él
adonde quiera
sin ver
y sin dudar
y sin cuidado.
de Todo el viento del mundo
Selección Daniel Freidemberg
Grupo Ed. Mondadori Grijalbo
- 2000
Beatriz Vignoli analiza su obra de esta forma: “En su primer
libro. En común, escrito bajo el gobierno peronista, al final de la segunda
guerra mundial, Bayley -cuya elección del apellido materno, británico, en vez
del Maldonado del padre, representa toda una bandera pro-aliada en el contexto
de aquella época- es el poeta de la reconstrucción del lazo fraterno luego de
la caída de toda posible comunidad. También después, toda su obra estará minada
de los rastros de un evidente desgarro existencial: cómo vivir y escribir a
fondo la paradoja de una esperanza desesperada. Y el buen humor de Bayley a la
vez que lucha por mitigar el sentimiento de la catástrofe, lo agudiza. La
ternura de sus personajes ante la destrucción es una forma dramática de la
ironía. Decir esto de quien escribió poemas de amor especialmente gloriosos, no
habla precisamente bien de su siglo.
En su Antología personal, Bayley no incluyó nada de su opera prima. Típico gesto pudoroso de poeta que, en su caso, estaría tal vez reforzado por el hecho de haber escrito parte de este libro estando todavía “cerca” del Partido Comunista, del que se “alejaría”, en 1945, junto con otros artistas e intelectuales. La causa explícita del divorcio consta en la cronología incluida en esta edición. La estética oficial del realismo soviético estanilista no dejaba margen alguno a la libertad creativa, libertad de la que Bayley fue uno de los más elocuentes defensores por entonces. Cabe agregar que su tarea en este sentido puede parangonarse a la que realizaron en Europa los integrantes del grupo Cobra, muchos de quienes abandonaron el PC por la misma época y por similares razones. Habría que preguntarse si el final de la guerra no obró como causa implícita: las posturas antifascistas, la del PC entre ellas, podían distenderse una vez terminado el conflicto bélico,
Es interesante observar el desarrollo que algunas ideas teóricas van teniendo en los distintos períodos de la ensayística de Bayley. Desde su manifiesto “Arturo” (1944) hasta su ensayo de 1958, “La poesía como realidad y comunicación”, Bayley defiende a ultranza la autonomía de la obra de arte, autonomía que relativizará a partir de 1966. Los valores éticos y estéticos que Bayley defendió en sus ensayos y practicó en su poesía, le otorgan a su obra una translucidez muy particular. Dada la notoria influencia de la crítica formalista rusa y otros debates del siglo en los ensayos que integran Realidad interna y función de la poesía (Editorial Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, 1966), podría pensarse que esta capacidad de dejar sus huellas digitales en cuanto texto construye/ lejos de ser mera inocencia, responde a un programa: a un proyecto de autorrepresentación, signado por una voluntad de inocencia.
Esta relectura es hoy posible gracias a que la presente edición, basada en un prolijo trabajo de investigación, reproduce sus manifiestos y sus ensayos, junto con otros artículos sobre artes plásticas, teatro y poesía, algunos de estos últimos publicados en la revista Poesía Buenos Aires, dirigida por Raúl Gustavo Aguirre. También figuran, en orden cronológico, poemas y ensayos inéditos, algunos de los cuales fueron hallados entre los papeles del autor. Los editores agradecen la colaboración de su viuda, Matilde Schmidberg.
Donde
mejor se expresa la vena surrealista de Bayley es en cierto subgénero oculto,
que crea vasos comunicantes en estas Obras: por entre los poemas y los cuentos
(a partir de 1960, muy especialmente) se va enhebrando una especie de diario de
sueños, rico en motivos freudianos: trenes, tarjetas de visita…
En esta edición de sus Obras se incluyen tres piezas teatrales inéditas. Para atemperar un poco la extrañeza que estos textos podrían provocar en el lector de hoy, recuerde el alma dormida el gran desarrollo que tuvo el teatro vocacional en la Argentina por los años cincuenta y sesenta, con su consiguiente demanda de obras que representar. Con las cuestiones políticas en el orden del día, y dada la relevancia de la colectividad española en los cafés y teatros de la Avenida de Mayo, no es de extrañar que estas piezas tomaran frecuentemente como modelo a Fuenteovejuna. No sería raro que la Burla de primavera escrita por Bayley en un castellano casi bizarro a fuerza de anacrónico, fuese una parodia de La soldadera de Luis Seoane (Ariadna, 1957).”
Edgar
Maldonado Bayley, quien a partir de 1945 elegiría el nombre de Edgar Bayley
para firmar su obra literaria, nació en Buenos Aires en 1919. Durante la
segunda mitad de los años 40 integró con otros poetas y pintores uno de los más
importantes movimientos de vanguardia de la Argentina, el
"invencionismo" y luego participó en la dirección de Poesía Buenos Aires (1950-1960) y Zona de la Poesía Americana (1953-1954)
dos revistas decisivas en la historia de la poesía de su país.
Dramaturgo
y director teatral, traductor, autor de inclasificables relatos, Bayley fue
ante todo poeta y uno de los teóricos que mas profunda y lúcidamente
reflexionaron sobre la poesía en América latina. Escribió ocho libros de poemas
(En común, La vigilia y el viaje, Ni
razón ni palabra, El día, Celebraciones, Nuevos poemas, Alguien llama
y Algunos poemas más), uno de relatos
(Vida y memoria del doctor Pi) dos de
ensayos (Realidad interna y función de la
poesía y Estado de alerta y estado de
inocencia) y tres piezas teatrales (Burla
de Primavera, Farsa de Isopete, y
El sastre y Dulioto), todos ellos
reunidos, junto a otros textos no incluidos en libro o inéditos, en el volumen Obras, publicado por Grijalbo Mondadori
en 1999.
Desde
1947 hasta su jubilación en 1980 trabajó en la Biblioteca de la Caja de Ahorro y
Seguro.-
Falleció
en Buenos Aires en agosto de 1990.